Como ya hemos mencionado, es importante que el niño consiga reconocer y expresar de la mejor manera las propias emociones y el propio mundo interior. Además de la adquisición de un amplio vocabulario emotivo y de la expresión verbal, podemos ofrecer a nuestro pequeño la posibilidad de explicarse a sí mismo también a través de la imaginación y la creatividad.
Cada niño tiene aptitudes particulares. Algunos se sienten atraídos por el diseño y la expresión gráfica, otros por el movimiento y la expresión corporal, otros incluso por el canto y la expresión verbal. En todos estos ámbitos se pueden encontrar juegos y actividades que favorezcan la expresión del niño pero también, por qué no, que lo ayuden a descubrir nuevas pasiones e intereses que ni siquiera él sabía que tenía.